La fragancia de la niebla andina
Hedyosmum bonplandianum Kunth es un arbusto o arbolito aromático que suele pasar desapercibido en el bosque, pero que guarda una elegancia botánica única. Pertenece a la familia Chloranthaceae y, aunque no alcanza grandes alturas, aporta identidad a las nebliselvas y bosques húmedos donde crece. Se distribuye desde Nicaragua hasta Colombia —con un rango altitudinal sorprendentemente amplio en este último país— y florece y fructifica prácticamente durante todo el año.
Morfología y claves de identificación
Puede presentarse como arbusto o árbol pequeño de 3 a 12 m de altura (registrándose hasta de 15 m en otras fuentes). Es dioico, es decir, existen individuos masculinos y femeninos separados. Su tronco es delgado, la corteza es pardo-clara a grisácea y la madera, blanca y blanda. Las ramillas desprenden a veces un ligero mucílago al cortarse, y los tallos más viejos suelen mostrar forma cuadrangular antes de volverse cilíndricos.
Sus hojas son uno de sus rasgos más distintivos: angostamente elípticas a ligeramente obovadas, de 7–20 cm de largo por 2–8 cm de ancho, con ápice acuminado y base cuneada u oblicuamente cuneada. El margen es finamente serrulado, con pequeños dientes separados entre sí, que generalmente comienzan a aparecer desde el primer cuarto del limbo hacia el ápice. Son hojas lisas, brillantes y aromáticas cuando frescas, que al secarse se tornan cartáceas. La nervadura media es canaliculada por el haz y prominente por el envés, y suele acompañarse por 7–8 venas laterales principales, arqueadas y ligeramente elevadas por la cara inferior. El pecíolo presenta una vaina peciolar inflada de 0.5–1.5 cm, típica del género, con pequeñas estípulas lineares que pueden verse como apéndices delgados en su extremo.
Reproducción e inflorescencias
Las estructuras reproductivas son pequeñas pero llamativas al observarlas de cerca.
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En los individuos masculinos, las inflorescencias aparecen como espigas agrupadas por pares opuestos (2 o 3) sobre un eje corto que termina en una espiga adicional. Las anteras, de 1–1.7 mm, tienen conectivos que sobresalen ligeramente más allá de las tecas, rematados por un diminuto apículo.
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En las plantas femeninas, las inflorescencias son racemosas o paniculadas, con 3 a 20 flores solitarias distribuidas a lo largo del raquis. Cada flor femenina está insertada en una cupulita de 2–3 mm con tres lóbulos que envuelve parcialmente el ovario.
El fruto, de 2–4 mm, es ceroso y blanco, como una pequeña drupa cubierta por el tejido carnoso de la bráctea, lo que le da un aspecto perlado muy característico cuando está maduro.
Ecología y hábitat
Hedyosmum bonplandianum prospera en bosques muy húmedos, nebliselvas y selvas nubladas desde el nivel del mar hasta los 1200 m en Centroamérica; sin embargo, en Colombia se le ha registrado entre 600 y 2350 m, lo que evidencia su plasticidad ecológica. Crece tanto en bosques primarios como secundarios, a menudo en sitios abiertos, linderos, quebradas, taludes húmedos y zonas aclaradas. En ecosistemas montanos altos puede incluso aparecer como epífita sobre troncos cubiertos de musgos.
Además de su importancia ecológica, es una especie que aporta aroma y textura al bosque: sus hojas desprenden fragancia al frotarse, sus frutos son discretos pero abundantes, y sus inflorescencias atraen insectos pequeños.